
Parapente o Ala delta, esa es la cuestión. Quizás ya hiciste alguna, quizás las dos, pero si todavía no hiciste ninguna, esto es para vos.
Te voy a contar dónde, cómo, cuándo y por qué lo hice. Capaz te contagio y te animás a volar como un pájaro, libre como el viento.

Mi primera vez
Siempre había soñado con hacer parapente, pero no sabía nada al respecto. Quería tener la sensación de volar, esa adrenalina que te recorre el cuerpo y te hace sentir más vivo que nunca.
Entonces en mis primeras vacaciones de aventuras me fui a Mendoza, Argentina. Dicen que ese lugar es privilegiado para hacer parapente por los vientos, casi siempre favorables.
Confirmé la reserva y me largue a volar. Ese día me prometí que lo próximo sería Ala delta.
Lo próximo llego varios años después y luego de eso me prometí que lo próximo sería Paracaídas, jaja, ¿qué seguirá?

Mar o Montaña
Cuando uno decide hacer Parapente o Ala delta, esa no es sólo la cuestión. Hay más para elegir. Sabiendo que la primera vez que iba a hacer parapente era en medio de las montañas, me decidí a la próxima hacer Ala delta en el mar.
Quizás por eso demoré tanto en hacerlo nuevamente, porque no era hacerlo donde sea. Quería que la proxima vez sea especial, tanto como la primera. Así que me juré que Ala delta sería en Rio de Janeiro.
Y dicen que los sueños son para cumplirlos. Qué mejor que ver Río desde las alturas.

Las diferentes vistas
Sobre gustos no hay nada escrito. Las vistas son totalmente opuestas y diferentes.
Volar en montaña es lo más similar al vuelo de un águila, ves la inmensidad, los distintos relieves, el aire fresco y puro te llena los pulmones y el silencio es monumental. Los colores son cálidos y el contraste lo da el cielo azul.

Volar en el mar es lo más similar al vuelo de gaviota, ves la ciudad pero también el contraste del azul profundo con el turquesa de las olas. Ves al hombre en su ciudad y ves la naturaleza con un horizonte infinito.

Por eso recomiendo que, si pensás que será tu única vez, decida por gustos. ¿Qué te gustaría ver desde arriba sin que te lo cuenten?. ¿Cómo te imaginas volando, cómo un águila o una gaviota? ¿Ver el avance del hombre, sus construcciones mimetizadas con la naturaleza o la inmensa soledad de la montaña?
Las diferentes comodidades
En cuanto a la comodidad, parapente o ala delta te digo sin dudarlo que lo mejor es el Parapente, y ya te digo el motivo.
En ambos casos uno vuela con instructor, por cuestiones de seguridad y porque para volar solo se debe hacer un extenso curso.
Para el parapente uno se encuentra delante del instructor; Detrás nuestro tenemos una especie de «hamaca» de lona que una vez que saltamos quedamos comodamente sentados. El instructor queda por detras y nosotros quedamos con la vista totalmente despejada para disfrutar. Incluso con las manos libres (si te animás a soltarte) para tomar fotografías y mirar sin parar de un lado al otro.

Para el ala delta nosotros nos encontramos detrás del instructor y delante nuestro tenemos una especie de «camilla» de lona. Una vez que saltamos quedamos acostados panza abajo y el instructor queda debajo nuestro. Sería lo más similar a la posición de un ave. Pero esto no quiere decir que sea cómodo. Las manos deben estar cuidadosamente puestas en lugares estratégicos para no molestar a quien nos lleva. Y unas correas sostiene nuestras piernas hasta el momento de aterrizaje que a mi me provocaron un poco de irritación. La vista queda menos despejada porque siempre vamos a estar encima de nuestro instructor y este puede taparnos un poco la visión.

El mismo despegue, distinto aterrizaje
Para despegar en ambos casos tenemos un arnés, casco, protecciones y demás. De igual manera estamos arriba de una montaña o morro (en el caso de Brasil). Una vez que está todo chequeado, nos paramos donde corresponde y a la cuenta de tres hay que correr al vacío.

Ese cosquilleo que te da previo a la largada que luego se transforma en admiración de paisaje es indescriptible. En el caso del parapente el globo esta desinflado y cuando uno comienza a correr el aire embolsa y arma la estructura que lo va a sostener. Para el ala delta ya tenemos la estructura armada y solo debemos correr para que el viento haga su trabajo y planear como ave en vuelo.

El aterrizaje difiere un poco. Para el parapente uno debe descender y correr junto con el instructor para que el medio globo no se nos caiga encima, hay que tener un poco más de cuidado con las rodillas al apoyarnos en tierra firme. Con el ala delta es super simple porque el instructor embolsa el viento y clava directamente las alas donde quiere aterrizar dándonos un suave apoyo en la arena.

Entonces, Parapente o Ala delta, ¿cuál es la cuestión?
Sin más rodeos yo me inclinaría por Parapente, en Río tenes las dos opciones por ejemplo. Es por una cuestión de comodidad, creo que estar sentado y con la vista libre es un plus.
Asegúrense de contratar gente capacitada y no regateen el precio, por Dios que es tu vida la que está es juego.

Las dos empresas por las que yo fui fueron muy seguras y tenés que firmar unos cuantos papeles de deslinde. Pero digamos que si te llega la hora no hay seguridad que valga, estas volando a varios metros de altura.

Como todas mis vacaciones tengo esa pequeña anécdota que me gusta llamar «Experiencia Casi Perfecta». Algo siempre ocurre, pero lo recuerdo con gracia y no dejo que me amargue las vacaciones. Además si puedo ayudarte a que no te pase lo mismo, bienvenido sea!.
¿Ya viste mis otras Experiencias Casi Perfectas?
La semana próxima te cuento que me pasó volando por ahí, y lo mejor, que ademas del relato tengo video que muestra lo ocurrido!

Yo sigo soñando con mis próximas aventuras: paracaidismo en Los Cabos, México y Vuelo en Globo en Capadocia, Turquía. Nunca dejes de soñar, por ahora es gratis y te da energía para seguir luchando el día a día.
Así que Parapente y Ala delta, esa es la cuestión. Vos, ¿te animás a volar?
Nos vemos por ahí.
Ely